¿Cuántas veces hemos oído que la confianza es uno de los principales pilares para que una relación de pareja funcione? ¿Miles, verdad? Pues el motivo es bien sencillo: se trata de una creencia totalmente cierta. 
De hecho, si no confiamos en la persona con la que compartimos nuestra vida, la relación terminará por volverse insoportable. Por ello, hoy desde Psicología Juana María Hernández, queremos ofrecemos tres claves para asentar las bases de una relación sana, sin desconfianzas ni temores infundados.
- Para empezar, es importante que dejes de husmear. La inseguridad y el excesivo control solo llegará a dos puertos: el agobio y la ruptura. Eso de espiar el movil de tu pareja es una actitud muy inmadura que debe hacerte plantearte la siguiente pregunta: ¿merece la pena estar con alguien en quien no confío?
- Por otro lado, es muy importante, mucho más de lo que pudiese parecer, dejar atrás el pasado. Tanto el pasado común con tu pareja como el pasado individual de ambos. Las relaciones evolucionan y crecen a base, entre otras muchas cosas, de peleas, enfados y discusiones. Sin embargo, una vez hayamos solucionado el problema, debemos dejar atrás las rencillas, o estaremos atrapados en un reproche continuo.
- Para tener seguridad en otra persona, es indispensable tener seguridad en uno mismo. Si desconfiamos de nuestras cualidades, y pensamos que somos inferiores a nuestra pareja, así como a las personas de tu día a día, solo conseguirás hundirte y sufrir a base de celos. Además, es importante que no utilicemos la amenaza en los momentos duros, ni las aceptemos por parte de la otra persona.
La confianza es, efectivamente, el pegamento de una relación. El amor lo puede con todo, es cierto, pero la desconfianza termina hasta con el amor más sincero y profundo. Lucha por tu relación, deja atrás viajas costumbres controladoras. Al menos, inténtalo. Y si no eres capaz de hacerlo, quizás no estés con la persona adecuada.