En el artículo anterior hablábamos sobre la importancia de la comunicación y la necesidad de prestarle especial atención y cuidado por la importancia que tiene tanto en nuestras relaciones diarias como en nuestra vida. De ahí que os dejásemos una serie de consejos o pautas para ayudaros a mejor vuestra comunicación, cosa que vamos a continuar en éste artículo.
Ser específico. Ser específico, concreto, preciso, es una de las normas principales de la comunicación. Tras una comunicación específica, hay cambios; es una forma concreta de avanzar.
Evitar las generalizaciones. Los términos «siempre» y «nunca» raras veces son ciertos y tienden a formar etiquetas. Es diferente decir: «últimamente te veo algo ausente» que «siempre estás en las nubes».
Ser breve. Repetir varias veces lo mismo con distintas palabras, o alargar excesivamente el planteamiento, no es agradable para quién escucha. Produce la sensación de ser tratado como alguien de pocas luces o como un niño.
Elegir el lugar y el momento adecuados. En ocasiones, un buen estilo comunicativo, un modelo coherente o un contenido adecuado pueden irse al traste si no hemos elegido el momento adecuado para transmitirlo o entablar una relación.
Cuidar la comunicación no verbal. La comunicación no verbal debe de ir acorde con la verbal. El contacto visual debe ser frecuente, pero no exagerado. El tono emocional adecuado para la situación en la que se está interactuando. Se basa en índices como el tono de voz, la expresión facial y el volumen de voz (ni muy alto ni muy bajo).