El bullying es una forma de violencia, física o expresada como acoso psicológico, que ejerce un escolar hacia otro, o un grupo hacia otro escolar. El bullying puede expresarse como una agresión física y verbal o como algo indirecto, mediante la exclusión social. Es una forma de violencia basada en la desigualdad y en una continuidad en el tiempo. Puede comenzar en la primaria, donde se manifiestan las agresiones físicas en forma de empujones, agresiones con objetos, etc. aunque lo más común son las agresiones verbales en forma de motes, insultos…
Las consecuencias psicológicas del bullying o acoso escolar en las víctimas son fracaso escolar, ansiedad anticipatoria o fobia al colegio, depresión, ansiedad y frustración, inseguridad, baja autoestima, etc. En casos extremos, la víctima puede llegar al suicidio. Por supuesto, afecta también al desarrollo pleno de la personalidad. Además de los daños físicos, que son evidentes, las víctimas presentan daños a nivel social como la inhibición y daños psicosomáticos, en forma de pesadillas, trastornos gastrointestinales, etc. Una de las consecuencias más preocupantes es que la víctima puede acabar convirtiéndose en verdugo, presentando trastornos de conducta como agresividad, irritabilidad o rutinas obsesivas.
La terapia psicológica, pues, es necesaria para ayudar a los niños y adolescentes que pueden estar padeciendo bullying o acoso escolar. La terapia cognitivo conductual en concreto se ha revelado como altamente eficaz. Así pues, si detectamos alguno de los síntomas citados en nuestro hijo sería conveniente contactar cuanto antes con un psicólogo infantil .Cabe aclarar que estamos hablando en todo momento poniéndonos en el lugar de la víctima, puesto que el victimario también requiere ayuda psicológica de otro tipo.