El miedo

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El miedo es una emoción asociada al instinto de supervivencia que acompaña al ser humano para advertirle de los peligros del mundo que le rodea. Se trata de una emoción primaria que deriva de la aversión natural a la amenaza, y que todos los animales poseen.

El miedo se alimenta de los peligros que el mismo inventa para seguir funcionando

La mayor parte de los miedos que tenemos en nuestra sociedad son miedos neuróticos, es decir, miedos basados en construcciones mentales y no en amenazas reales. Miedos por lo que podría suceder, y no por lo que realmente está sucediendo.

No en vano las personas nos pasamos la mayor parte de nuestra vida sufriendo por cosas que jamás nos sucederán.

Y es que la mayor parte de las personas tenemos un miedo injustificado a lo que no conocemos. Adelantamos acontecimientos y evitamos situaciones nuevas que creemos que no vamos a poder gestionar o solventar.

Este miedo es en su mayor parte aprendido. El niño, cuando empieza a caminar, posee el instinto de explorar y de realizar continuamente tareas diferentes para descubrir el mundo que le rodea.

Y es ahí donde los adultos, con afán de protegerle, le inoculan una infinidad de miedos que seguramente le acompañarán durante gran parte de su vida.

Zona segura o de confort

Se ha hablado mucho estos últimos años de la “zona de confort”, definiéndose como aquella área vital conocida por la persona, que no siempre tiene por qué ser confortable, pero que es previsible y permite al cerebro funcionar en piloto automático dentro de ella. Digo que no es confortable porque la zona de confort para alguien puede ser una relación tóxica, un trabajo aburrido y mal pagado o una vida sedentaria.

Es muy probable que las personas muestren malestar dentro de esta zona, y sin embargo no se atrevan a salir de ella.

Por falta de confianza en sus propias capacidades. Algunas personas no se ven con los recursos suficientes para enfrentar situaciones desconocidas, por lo que prefieren quedarse en lo “seguro”, en lo previsible, en aquel lugar que se ven capaces de manejar o controlar.

Como aprendieron de pequeños, es mejor evitar lo desconocido “por lo que pueda pasar”.

¿Como salir de la zona de confort?

Experimenta. “Haz cada día algo que te asuste”. Es recomendable dejar de vivir tanto en el mundo del pensamiento y pasar al mundo de la acción, que es donde las cosas realmente ocurren.

No se trata de perder el miedo, sino de hacer las cosas a pesar del mismo. No dejar que el miedo tome las riendas de las decisiones, sin perder de vista que la zona de confort es un estado mental, y no un terreno real.

 

 

 

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                 Fuente:Psicología y mente.

 

 

 

 

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