Si no te sientes a gusto contigo mismo o si últimamente piensas que hay cosas en tu vida que no funcionan muy bien, pero no sabes cómo resolverlas, es importante que seas honesto contigo mismo y sepas pedir ayuda para tratar de resolverlas; una alternativa es acudir a terapia psicológica.
Algunos de los motivos, que son buenos indicadores, para acudir a una terapia psicológica son:
Si sientes que tienes problemas con el control o falta de control de tu entorno, relaciones, emociones o si las decisiones no son tuyas sino inducidas por otras personas o por el entorno.
- Cuando las emociones se te escapan y tienes explosiones de rabia o de llanto que no sabes cómo canalizar adecuadamente.
- Si repites patrones, errores y hábitos en tus relaciones de pareja, así como que acabas renunciando a tus cosas para complacer al otro. O al revés, tratas de imponerte y te frustras mucho cuando no sale como tú tenías planificado.
- En nuestra vida, pasamos por situaciones difíciles y dolorosas que nos marcan y nos dejan heridos: infancia sin cariño o alta exigencia, muertes o separaciones, enfermedades familiares terminales, problemas escolares, etc.
- Baja autoestima y falta de aceptación debido a que tú mismo te conviertes en tu peor crítico o juez, te boicoteas, te haces sentir mal, insatisfecho o fracasado cuando te quedas a solas.
Si te suena familiar alguna de estas situaciones y crees que afecta bastante tu vida y día a día, es el momento de dedicarle tiempo y energía para revisarlas, pedir ayuda y acercarte a un especialista en terapia psicológica que te brinde paz contigo mismo y lograr ser un poco más feliz.