Ilusionarse con todo…

Lying in the grass

…y defraudarse a la mínima.

Esto es lo que nos puede pasar si nuestras expectativas van un paso por delante de la propia realidad.

¿Por qué hay gente que siempre está feliz?
Quizá este sea el punto diferencial: unos nos ilusionamos con todo, otros no nos ponemos expectativas por nada e (¡importante!), vivimos al día con:

  1. La atención plena en el momento.
  2. Con la confianza de que, venga lo que venga, podremos afrontarlo.

Muchas veces, debajo de ese ‘ilusionarse con todo’ hay un ‘necesito de lo externo para ser feliz, porque si de mí dependiera mi vida, ésta no valdría nada (porque yo no valgo nada)’.

No es fácil confiar en los recursos de uno mismo cuando tenemos interiorizado que nuestra valía es insignificante. Sin embargo, sí que podemos vencer ese gran fantasma, centrándonos en pequeños momentos y pequeñas acciones. Un gran ejercicio para ello es despertar nuestra conciencia e intentar estar presente y observar, con esmero, cada momento.

Cuando focalizamos nuestra atención en un hecho concreto, es más fácil encarar cualquier cosa. De esta manera conseguimos cambiar poco a poco la visión distorsionada que tenemos de nosotros mismos y, por otro lado, empezamos a vivir plenamente. De esa plenitud se deriva, irrefutablemente, que no nos decepcionaremos tanto, porque no esperaremos nada que no dependa directamente de nosotros. Nos convertiremos en observadores de lo externo y en entrenadores de nosotros mismos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


*

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies